Potenciar el talento humano es clave para la equidad y el crecimiento económico

Por Flora Montealegre

Para nadie es un secreto que Costa Rica está dolorosamente agrietada por brechas y desigualdades que debemos cerrar de forma inminente si queremos un mayor crecimiento económico, un mejor bienestar, más sostenibilidad y un contrato social sólido. Tampoco debería serlo que uno de los mayores desafíos para lograr este ansiado desarrollo radica en el pronto avance hacia la inclusión de las mujeres en la economía.

Tal y como lo ha indicado el Programa Estado de la Nación, es claro que percibiríamos una importante reducción de la pobreza con solo tener más participación femenina en la economía del país, donde gocen de mejores empleos y mayor presencia en áreas de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemática (STEM, por sus siglas en inglés). Su incorporación en segmentos clave y estratégicos, con mayor capacidad de arrastre y empuje en la estructura productiva de la economía y en la toma de decisiones nacionales resulta fundamental y, para ello, considero que facilitar la inclusión y el empleo son algunos de los primeros pasos a seguir.

El 2022 inició con una tasa de desempleo de casi el 14%, como consecuencia de los menores niveles de actividad económica provocados y/o potenciados por el impacto de la pandemia por la COVID-19, pero también a causa de los históricos desafíos estructurales. Todo esto afectó de manera significativa y desproporcionada a las mujeres – en un 17,3% – según los datos de la Encuesta Continua de Empleo.

Tal realidad toca también a nuestros jóvenes. Recientemente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló que Costa Rica ostenta la tasa de desempleo juvenil más alta de este grupo de países, llegando al 40%. Y, por si fuera poco, señaló escasas acciones por parte de sus miembros para reducir tales porcentajes en materia de empleo, en las cuales ni siquiera figuró Costa Rica.

Esto nos coloca ante un gran reto: trabajar en conjunto por el fortalecimiento de las capacidades y habilidades de las personas mediante programas de formación que se ajusten y estén conectados con las demandas del mercado. Es prioritario el fortalecimiento de los programas de educación dual y el mejoramiento de los sistemas de intermediación laboral para grupos en condición de vulnerabilidades y con dificultades para acceder a empleos de calidad.

La planificación prospectiva nos permite visionar diversos escenarios futuros y uno de estos nos urge a la reducción de las desigualdades sociales, una mejoría de la conectividad y el acceso a la tecnología y al desarrollo regional. Además, nos llama a un crecimiento económico basado en innovación, productos con mayor valor agregado, el uso y manejo responsable de los recursos naturales y mejores indicadores de desarrollo humano, progreso e igualdad social y calidad ambiental.

En Fundación CRUSA hemos venido enfocándonos en el desarrollo del talento humano y la cultura emprendedora para potenciar las oportunidades para las personas, porque consideramos que invertir en las capacidades humanas reduce de forma cuantiosa las inequidades sociales y trae retornos económicos positivos para el país.

Creemos que solo así podremos facilitar herramientas efectivas para la construcción de un futuro más promisorio para todas y todos en el país. Contar con talento humano capacitado brinda ventajas competitivas substanciales a una nación y contribuye con la satisfacción de las necesidades de sus habitantes.

Lo mejor que podemos potenciar en nuestro país, en conjunto, es un despertar de

liderazgos y que los agentes de cambio locales y nacionales sean los protagonistas de su propia transformación y del desarrollo de Costa Rica. Esta es la clave para avanzar hacia un desarrollo equitativo que potencie el desarrollo humano y motive el crecimiento económico.

Elevemos nuestras ambiciones y contribuciones por una Costa Rica más próspera, sostenible e inclusiva. ¡En COMUNIDAD generamos DESARROLLO!

Fuente

Comparta: