La Urgencia de la Igualdad Real para un Crecimiento Económico Sostenido

En un mundo donde la innovación y el progreso son motores de cambio, nos enfrentamos a una realidad impactante: las mujeres aún enfrentan barreras significativas que les impiden alcanzar plenamente su potencial. El informe “La Mujer, la Empresa y el Derecho 2023” del Banco Mundial, nos lo dice muy claro, la población femenina sigue teniendo solo tres cuartas partes de los derechos otorgados a los hombres y, en pleno siglo XXI, casi 2.400 millones de mujeres en edad de trabajar siguen en desventaja de derechos con respecto a sus contrapartes masculinos.

En Costa Rica, a pesar de los avances legislativos recientes para equiparar los salarios, persiste una brecha sustancial en la igualdad de género. Según el Banco Central, una de las principales razones detrás de la caída en la participación de las mujeres en el mercado laboral en 2023, fue la priorización de sus obligaciones familiares y de cuido. Esta situación refleja una profunda disparidad que enfrentan las mujeres al decidir entre su carrera profesional y sus responsabilidades domésticas, evidenciando la persistencia de prejuicios arraigados en nuestra sociedad.

El informe Estado de la Educación 2023 del Estado de la Nación reveló que la desigualdad de oportunidades en los niveles de educación preuniversitaria y en el entorno familiar influyen significativamente en las probabilidades de que una mujer elija estudiar una carrera STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). “Entre las que hoy participan en el mercado laboral, las probabilidades aumentaron cuando ellas provenían de hogares con mayores ingresos, más alto clima educativo y menor exposición a prejuicios de género”, cita el estudio.

Ante este panorama, surge una pregunta crucial: ¿cuál es el costo de esta desigualdad? Más que una cuestión de justicia social, la igualdad de género se ha convertido en un imperativo económico. Estudios realizados en países de la OCDE y en otras naciones no miembros, demuestran que un aumento en la participación de las mujeres en la fuerza laboral conlleva un crecimiento económico más rápido y sostenible.

Sin embargo, aún enfrentamos obstáculos significativos en la promoción femenina en áreas tradicionalmente dominadas por hombres, como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. El Estado de la Nación también señala que apenas el 23% de los emprendimientos con base científica y tecnológica son liderados por mujeres, esto a pesar de que en la última década aumentó la cantidad de mujeres en las universidades públicas en carreras STEM.

En el Día Internacional de la Mujer, no solo conmemoramos la valentía y la resiliencia de millones de mujeres que luchan por la igualdad, sino que también reconocemos la urgente necesidad de transformar nuestra sociedad para construir un futuro equitativo y próspero para todos.

El lema bajo el cual se centra la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en 2024 es “Financiar los derechos de las personas: acelerar la igualdad”. Según ONU Mujeres, esta situación representa uno de los principales obstáculos para lograr la igualdad de género en 2023, con un déficit anual estimado de 360.000 millones de dólares.

Esta iniciativa no se limita únicamente al acceso al financiamiento sino que también aborda la necesidad de establecer modelos económicos que fomenten un acceso a recursos transformador, promuevan el desarrollo sostenible e implementen programas para reducir la pobreza que afecta predominantemente a las mujeres.

Es evidente que para construir una Costa Rica más próspera, sostenible e inclusiva, se requiere un esfuerzo conjunto a nivel nacional para abrir oportunidades a todas las personas, independientemente de su género. Esto implica invertir en educación, tecnología y ciencia, con el fin de forjar un futuro más prometedor y acorde con nuestros sueños compartidos.

Flora Montealegre Guillén
Directora Ejecutiva Fundación CRUSA

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